Un año

 

Dicen que solo aprende a valorar realmente los microsegundos el piloto que supo lo que eso era la diferencia entre perder o ganar.

Para mi, los años pasaban relativamente rápido hasta que me hice madre. Ni mis días ni mis noches han vuelto a ser igual, y lo celebro. Sigue leyendo «Un año»

Una vez en la vida.

 

¿Qué pasaría si atraviesas por un momento en el que te haces consciente de que vives una experiencia inolvidable que solo vas a vivir una vez en la vida?

¿Qué pasaría si aún siendo consciente de ello, también te embarga la nostalgia de los nunca más, de renunciar a otras posibilidades?

¿Qué pasaría si sientes alivio racional ante la decisión tomada, y a la vez tristeza irracional por ese «ya no será más»? Sigue leyendo «Una vez en la vida.»

Cuidado, drogas, tierras y otros.

Ya he dicho en otras oportunidades en este blog que no me interesa ser una «supermujer», lo mucho que rechazo ese estereotipo que tanto nos han metido de que como somos mujeres somos capaces de hacer un millón de cosas a la vez, que podemos trabajar, encargarnos de todas las labores del hogar, de la maternidad, el cuidado de los otros en general, ser además exitosas en la política y en otras esferas sociales. Pienso que en parte ese estereotipo es el que ayuda a que tantas mujeres hoy día sin quejarse* trabajen de manera no remunerada como mínimo tres horas más que los hombres.

Que sí, que hay más hombres involucrados en las labores de cuidado es cierto (y cada vez más hombres solidarios con la causa feminista), pero también es cierto que aún falta mucho, y que estamos en un círculo vicioso del que no es fácil salir sin medidas que mitiguen las actuales desigualdades, porque es muy fácil salir del paso diciendo que hay que educar en la equidad de género, lo cual, por supuesto, hay que hacerlo, pero de momento no cambia el ciclo. Sigue leyendo «Cuidado, drogas, tierras y otros.»

Aprendiendo a amar

«Emma, por su parte, nunca se preguntó si le amaba. El amor -tal creía ella- debía presentarse de improviso, con grandes estruendos y fulguraciones, como tempestad celeste que desencadena sobre la vida y la transtorna, y arrastra como a secas hojas las voluntades, y hunde en el abismo y por completo a los corazones. No sabía que la lluvia forma charco en las azoteas de las casas cuando las canales están obstruidas. Y hubiera permanecido segura de su virtud si no hubiera descubierto súbitamente una grieta en la pared».

Gustave Flaubert – Madame Bovary.

A veces pasa que solo hasta que tocás fondo te das cuenta de que has estado en relaciones tóxicas, ha estado tan de moda esa palabra que realmente no alcanzamos a sentarnos a pensar qué significa: «madres tóxicas», «relaciones tóxicas», «personas tóxicas»… ¿Qué es eso?

Por mi parte, he llegado a la conclusión de que algo es tóxico para mí en tanto me lastima a través de ciertos mecanismos que no suelen variar mucho, aunque sí varían de persona a persona. Sigue leyendo «Aprendiendo a amar»

No rain

 

Pensé en llamar este post «La Mentira (3)», teniendo ya un 1 y 2, pensé eso hace dos meses, quizás, pero hoy quisiera por fin musicalizarlo.

Gracias a una gran amiga (virtual, pues presencialmente solo he compartido con ella una vez), tuve la oportunidad de ver el monólogo «No solo duelen los golpes»…

Este ha sido iluminador, revelador, y gracias a esa crudeza humorística quizás también tan característica de muchas españolas, me ha permitido reafirmar cosas que venía indagando, pensando, hilando. Sigue leyendo «No rain»

Despedida sin cartel

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A veces creo que los humanos deberíamos poder ser como los caracoles, andar con la casa al hombro, no tener que pensar en trasteos, poder ir así por el mundo, vulnerables y abiertos, pero a la vez con la protección que brinda a veces tener un techo. Sí, el techo como refugio, como hogar, no como conjunto de cosas materiales.

Es gracioso, porque justo en medio de estas preguntas, de mudarse, de irse, surge el proyecto de una persona muy especial -y otras que seguramente también son muy especiales- y preguntan ¿qué es la casa? quizás en un sentido más extenso que al que me refiero yo en este instante. Sigue leyendo «Despedida sin cartel»

Me time, y adios al puerperio

Gracias a Pandora supe que el postparto no se limitaba a los 40 días posteriores al parto. Recuerdo mucho su post «Adios al puerperio» (que hoy no existe, pero motiva parte del título de este escrito) en el que permitía vislumbrar que ese mar de hormonas extrañas que estaba navegando eran parte de un proceso completamente normal. Sigue leyendo «Me time, y adios al puerperio»

Dignidad y amor

Existe una delgada línea entre el orgullo y la dignidad, entre ser orgulloso, entiéndase esto como ceder a una trampa del ego, ser intransigente… Y el no traspasar límites que afectan su integridad y respeto como persona, no solo física sino y sobre todo moralmente.

Para Concepción Arenal, la dignidad es «el respeto que una persona tiene de sí misma, y quien la tiene no puede hacer nada que lo vuelva despreciable a sus ojos», y creo que la palabra principal detrás de todo es esa: respeto. Sigue leyendo «Dignidad y amor»

«Porque toda mujer debería ser madre»

Esa frase la escucho desde hace muchos años, es una idea recurrente de muchas mujeres en especial madres manifestar que todas las mujeres deberíamos tener uno o más hijos, que es una experiencia de vida única que ninguna mujer debería perderse.

Yo siempre he discrepado con esta idea, tanto antes que no quería traer hijos al mundo como ahora que soy madre. Siento que reduce la mujer a su genitalidad y a su capacidad de concebir como si no pudiésemos aportar ninguna otra cosa al mundo, me parece que es tan duro con una persona que no quiere tener hijos como con aquellas que queriendo tener hijos no han logrado tenerlos.

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