Una breve historia para el posconflicto en Medellín y receta para Julio sin Plástico.

Una breve historia para el posconflicto en Medellín.

Recuerdo que cuando se estaba organizando el año pasado un evento en el que trabajé una de las cosas que se conversaron fue si el hecho de hacer un foro sobre el posconflicto era pertinente o no. Sé que se organizó un espacio genial pero quizás por poca convocatoria la asistencia fue poca. Al final se decidió hablar mejor de paz, porque la palabra posconflicto es aún un poco polémica. Algunas personas consideran que el posconflicto aún no está ocurriendo. Por su parte ONG como Vivamos Humanos sí ha encontrado situaciones de posconflicto en el país, que cada vez se dan en mas territorios. Sigue leyendo «Una breve historia para el posconflicto en Medellín y receta para Julio sin Plástico.»

Pa’ que sufran más

No quedaron satisfechos con matarlo, luego de los disparos, la sangre aún fresca en el pavimento de las pocas calles del barrio -un barrio un poco en el olvido, tal vez-, ellos, los «duendes«, esos asesinos que nunca dijeron adiós (aunque así le hicieron creer, a los que no estaban viviéndolo a diario, que se fueron) intentan tomar el cuerpo, meterlo a un carro… Llevárselo.

Es un niño de 14 años, bueno, era… ¿Por qué?

Es algo que suelen hacer, desaparecer el cuerpo varios días «pa’ que la familia y los demás aprendan, y para que la familia sufra más» Me explica una señora…

Esta violencia incansable, que asquea, que duele aunque no sea en nuestra carne ¿Hasta cuando?

*Nota: este post luego de conmoverme infinitamente con la película «Retrato en un mar de mentiras» De Carlos Gaviria.. Nada es ficción, aunque así quisiera.

La Historia de don Joaquín.

Don Joaquín se quiere ir del barrio.

Hoy no se levantó alegre, vital, entusiasta, como casi todos los días, hoy una discreta lágrima rodó por su mejilla ante la impotente mirada de su esposa.

Sin embargo, al igual que todas las mañanas, don Joaquín se levantó temprano, comió la arepa con mantequilla y el chocolate con quesito que le había preparado su señora, luego, se despidió de sus hijos que iban a la escuela, y, finalmente, se dirigió a su negocio con la mirada dirigida hacia el tibio pavimento.

Hoy el surtido de su tienda era más pobre que en épocas anteriores, y es que en verdad don Joaquín ya no tenía ganas de seguir atendiendo su tienda, no tenía sentido trabajar todos los días para que, de repente, el fruto de el esfuerzo familiar no pudiera satisfacer las necesidades de su familia, sino el doloroso derroche de la guerra.

Naturalmente, como hay menos surtido, y la energía que antes irradiaba don Joaquín se ha convertido en un aire de tristeza, la clientela ha disminuido, entonces don Joaquín, impotente, se sienta en una butaca de su vacío negocio y recuerda los dolorosos días en que ellos se le han acercado a despojarlo de su dinero, del fruto de su trabajo, fruto con el que el quisiera brindarle un futuro mejor a sus hijos, darles la educación necesaria para que no tuvieran que vivir lo mismo, para permitirles soñar y realizar sus sueños.

Entonces don Joaquín ve en sus ojos la tarde aquella en que, por primera vez, se le acercaron “Los Muchachos”* a exigirle una “colaboración”, recuerda que estos muchachos tenían armas en sus manos, como si él pudiera ofrecer resistencia, cuando era más que conocido en su barrio que quien se opusiera a estas “colaboraciones” ó vacunas era asesinado. Sigue leyendo «La Historia de don Joaquín.»

Educación Bajo Amenazas 2

labfisicoquímicaEn el post Educación bajo amenazas” les conté como muchos estudiantes de la Institución educativa Eduardo Santos estaban dejando de asistir a clases por las amenazas en los panfletos y amenazas que le impiden a los habitantes de ciertos sectores movilizarse a otros lugares, Lo del panfleto muchos lo tomaron como un chiste, como paranoia, y es que acá en Colombia uno solo toma en serio las advertencias y posibilidades de verse perjudicado por algo cuando se meten con uno (cómo sucedió, por ejemplo, con las personas que apoyaron el gobierno de Uribe hasta que les hizo cerrar DMG)…

Pues yo debo confesarles que sentí miedo cuando supe lo de los panfletos, pero luego dialogué con alguien que me dijo, “tranquila, usted cree que los paramilitares van a hacer esas amenazas sin firmar, eso es alguien que quiere meter miedo” y luego vino un “además, usted no es ni prostituta ni prepago y usted puede llegar más temprano a la casa”, luego vinieron las amenazas a los 30 estudiantes de la universidad y llegó el calmante de “tranquila, usted no es de esos de las asambleas, a usted no le llegó el correo y usted no tira papas”, seguimos asistiendo a clase todos tranquilos, como si los estudiantes amenazados no dejaran ver nuestra triste realidad en la que algo tan valioso como el derecho a  la educación es irrespetado, como si esos desgraciados, bandidos, quisieran que nosotros creciéramos ignorantes y que, como única alternativa, portáramos las armas que ellos portan, parece que quisieran que nosotros también resultáramos diciendo “No se ESTRAÑEN si los visitamos personalmente” entre otras barbaridades y verdaderos “Atentados terroristas” a la vida, al idioma y en general, a toda manifestación de uso del cerebro:

¿Terrorismo?
¿Terrorismo?

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