Y Vincent gritaba ,
y el mistral se rompía
contra su voz:
si no hay pan,
dádme sol.
Sol para dormir,
para comer,
para amar.
Quiero beber sol,
comer sol.
Cuando caiga despedazado, roto,
vivo de muerte,
no me deis agua,
dadme una gota de sol.
Ciro Mendía – Naturaleza muerta en amarillo (fragmento).
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Ya se ha dicho, no es novedoso, que para renacer de las cenizas es menester primero haberse quemado por completo, quemarse por completo es también intentar entender a ese Ícaro que se acercó demasiado al sol, es necesario beber sol, comer sol, quemarse de sol.
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Alguien decía que todo se cura con agua salada, pero ocurre que cuando te acercas demasiado al sol el agua se evapora, entonces no queda ni sudor, ni lágrimas, ni mar.
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…Solo queda el latir del corazón, que sigue palpitando, como si el alma buscara obstinadamente una razón para no dispersarse en el universo, para no transformarse en girasol o en ave, para no ser tierra fértil.
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Entonces la cera se derrite, las alas se destrozan, y en lugar de alcanzar el sol, terminas sumergido, sin querer, en agua salada.