Un año

 

Dicen que solo aprende a valorar realmente los microsegundos el piloto que supo lo que eso era la diferencia entre perder o ganar.

Para mi, los años pasaban relativamente rápido hasta que me hice madre. Ni mis días ni mis noches han vuelto a ser igual, y lo celebro. Sigue leyendo «Un año»

Uno más.

2017 fue el año fallido, de cierto modo. Fue el año de los infinitos trasteos, de los conflictos, de las rupturas, de caer, y levantarse, y volver a caer de nuevo para volver a levantarse…

Hay quienes dicen que eso es bueno, que cuando todo se agrava enormemente es porque algo enormemente bueno está por venir, o eso me dijo el dueño de la casa de la que tuve que despedirme a principios de año. Yo quisiera creerlo, y quizás de algún modo ha sido así, cada crisis ha hundido el dedo en llagas ancestrales que no sabía que tenía, cada crisis ha permitido ver sombras que busco iluminar. Sigue leyendo «Uno más.»

Una vez en la vida.

 

¿Qué pasaría si atraviesas por un momento en el que te haces consciente de que vives una experiencia inolvidable que solo vas a vivir una vez en la vida?

¿Qué pasaría si aún siendo consciente de ello, también te embarga la nostalgia de los nunca más, de renunciar a otras posibilidades?

¿Qué pasaría si sientes alivio racional ante la decisión tomada, y a la vez tristeza irracional por ese «ya no será más»? Sigue leyendo «Una vez en la vida.»

Cuidado, drogas, tierras y otros.

Ya he dicho en otras oportunidades en este blog que no me interesa ser una «supermujer», lo mucho que rechazo ese estereotipo que tanto nos han metido de que como somos mujeres somos capaces de hacer un millón de cosas a la vez, que podemos trabajar, encargarnos de todas las labores del hogar, de la maternidad, el cuidado de los otros en general, ser además exitosas en la política y en otras esferas sociales. Pienso que en parte ese estereotipo es el que ayuda a que tantas mujeres hoy día sin quejarse* trabajen de manera no remunerada como mínimo tres horas más que los hombres.

Que sí, que hay más hombres involucrados en las labores de cuidado es cierto (y cada vez más hombres solidarios con la causa feminista), pero también es cierto que aún falta mucho, y que estamos en un círculo vicioso del que no es fácil salir sin medidas que mitiguen las actuales desigualdades, porque es muy fácil salir del paso diciendo que hay que educar en la equidad de género, lo cual, por supuesto, hay que hacerlo, pero de momento no cambia el ciclo. Sigue leyendo «Cuidado, drogas, tierras y otros.»

Biología, feminismo y maternidad

Pensemos en un ave: las aves copulan (muy rápidamente, incluso podríamos pensar que no es una actividad placentera para ellas, ¿o quizás sí?), luego es en algunos casos la hembra quien cuida las crías, en otros casos el macho, en otros casos los dos, en otros casos ambos pretenden que otros individuos las cuiden, en otros casos se dan crías cooperativas o crías comunales.

Cada caso dependerá de diversos factores, también se da un conflicto de intereses entre la energía que invierten la hembra y el macho en la reproducción o crianza, y una hipótesis bastante aceptada sobre este comportamiento se encuentre en la teoría de juegos (por acá le explican brevemente el asunto).

Con muchos otros seres vivos hay casos interesantísimos de cuidado parental, casos además bastante diversos. Pero hoy quiero hablar de humanos.

Es curioso, cuando uno llega a biología, o puedo decir que nos pasa a muchos, uno llega con el interés de aprender sobre gran parte de la biodiversidad, sobre ese universo que muchos hemos podido conocer casi de reojo: te fascinas con las plantas y también con las bacterias, y los hongos, y las algas, y los virus, y los parásitos, y los animales, y así sucesivamente… Pero muchas explicaciones, modelos y demás llegan siempre a compararse con lo humano, que es quizás lo que más conocemos o pretendemos conocer.

El cuidado parental, la selección sexual, y otros temas no son la excepción, es aquí donde uno se pregunta: ¿será entonces lógico que la gran mayoría de los hombres o sean infieles o cambien rápido de pareja para así copular y reproducirse -aunque reproducirse no esté tan de moda- y dejar sus genes en diferentes crías? ¿será entonces esperable por consecuencia que las mujeres -que de principio han invertido bastante con tan solo contar la formación de gametos y el embarazo- minimicen los cuidados a la cría, adjudicándolos al padre, para poder salir y reproducirse con otros machos y engendrar de nuevo? ¿qué otras estrategias se pueden dar en nuestra especie? Sigue leyendo «Biología, feminismo y maternidad»

Esos locos bajitos…

Cada vez veo más gente a la que se le llena la boca diciendo que «de los niños sin límites, vienen los Trump de hoy» y pretenden que con ello atacan una crianza respetuosa (que debería llamarse crianza a secas, porque la crianza no debería ser algo concebido como algo sin respeto, pero qué cosas). Yo a ratos me hago la de la oreja mocha, no creo que el señor Trump haya tenido una crianza respetuosa.

Gente que en su falta de empatía con la niñez refleja sus propias carencias, gente que pretende justificar la chancla como norma teniendo medios diferentes. Sigue leyendo «Esos locos bajitos…»

Me time, y adios al puerperio

Gracias a Pandora supe que el postparto no se limitaba a los 40 días posteriores al parto. Recuerdo mucho su post «Adios al puerperio» (que hoy no existe, pero motiva parte del título de este escrito) en el que permitía vislumbrar que ese mar de hormonas extrañas que estaba navegando eran parte de un proceso completamente normal. Sigue leyendo «Me time, y adios al puerperio»

Dignidad y amor

Existe una delgada línea entre el orgullo y la dignidad, entre ser orgulloso, entiéndase esto como ceder a una trampa del ego, ser intransigente… Y el no traspasar límites que afectan su integridad y respeto como persona, no solo física sino y sobre todo moralmente.

Para Concepción Arenal, la dignidad es «el respeto que una persona tiene de sí misma, y quien la tiene no puede hacer nada que lo vuelva despreciable a sus ojos», y creo que la palabra principal detrás de todo es esa: respeto. Sigue leyendo «Dignidad y amor»