Solo queria contarles esto que me marcó bastante…
Hoy 9 de Junio de 2008, al dirigirme a mi casa, luego de pasar por “la caballeriza” y empezar a bajar las escalas, me encontré en la casa de don Osvaldo a una señora, casi vecina y algo conocida y madre de unos amigos de mi niñez, pues bueno, bajaba yo hasta contenta –cuando bajo esas escalas y no miro la escombrera todo es felicidad, por fortuna se que le quedan pocos meses- cuando me encontré a dicha mujer, ella se encontraba sentada en las escalas de la mencionada casa, inmediatamente se levanto al verme y me pidió que le regalara mi hombro, corrigió y me pidió que se lo prestara, yo le respondí, claro, ni que estuviéramos bravas, a lo cual sonrió y se apoyo en mi hombro, luego empezó a dar explicaciones sin yo pedírselas, me dijo de la EPS, que pronto le harían una cirugía, y yo simplemente le pregunte si la EPS la trataba oportunamente y me contó que estaba muy feliz con su EPS, fuimos bajando más las escalas y llego el momento en el cual me di cuenta que ella tenia problemas en sus rodillas, en gran parte porque hace un tiempo se había caído por las escalas –se resbalo prácticamente en la entrada a las escalas de mi casa, y, para los pocos que la conocen, se darán cuenta que rodó bastante pues cayo en el teléfono publico que queda al frente de la casa de don Gonzalo y se ve desde esa entrada a mi casa-.
Ella, una mujer de aproximadamente 56 años que cae por mas de 16 escalas, se fractura un brazo y se vuelve nada la rodilla, pero esa mujer me contaba su historia con alegría, alegría de estar viva, y claro, con algo de miedo a las escalas… todo ocurrió por algo tan aparentemente insignificante como un limón, que propició su caída, pronto llegamos a su casa, le dije que hace años no iba hasta allá, que había cambiado mucho la casa de don Suso (ahora en ruinas), -la que antes fuera lugar de semilleros de paz, elevada de cometas y muchos otros aprendizajes y que ahora ellos no estaban ahí. Y todo eso se estaba marchitando en el recuerdo- a lo cual ella me expreso que de algo me había servido entonces la venida, me agradeció, me despedí, sonreí y me fui.
Al pisar la tierra que conduce a mi casa pensé que todo sería mas sencillo si hubiese carretera y transporte por aquí, (Barrio Nuevo-parte baja, Vereda La Loma), me atrevería a decir que un 80% de mi barrio no tiene acceso directo a la carretera y que todos día a día tenemos que cruzar las mismas escalas, esas que a mi me dan felicidad a veces por la vista verde, otras tristeza por la escombrera, y a ella y quien sabe cuantas personas más, dolor físico.
Ustedes no se alcanzan a imaginar lo mal que me sentí, la razón es que yo en gran parte me sentía feliz sin carretera, que mi casita fuera casi una finca, alejada, rodeada de gallinas, chivos, patos, etc., y claro, mucho verde, al votar para presupuesto participativo no vote por obras (sino por cultura y educación) –que curiosamente es la comisión de mi hermano- porque me parecía absurdo traer acá contaminación de carros, me parecía absurdo que se recogiera para iglesias -eso estan haciendo recientemente en el «grupo de oración», las comillas tienen su razon de ser, no es blasfemar contra la religión, es porque se reunen a criticar y chismosear- y no para parques o cosas didácticas para los niños…
No es la primera vez que le presto mi hombro, pero si es la primera que cambio tan radicalmente de parecer, ahora que pienso en el dolor de ella, siento que todo seria mejor con carretera y transporte, ahora, en vez de debatir con mi hermano por lo innecesaria que me parecía esta obra (carretera), le apoyo, ojala todo le salga bien y sea pronto, hoy, esta señora cuyo nombre no quiero revelar, no solo me pidió mi hombro, también, silenciosamente, me pidió cambiar de parecer, y saben que es lo mas bello, que lo logró.