Otoño

Rápidamente caen las hojas secas, el árbol queda desnudo y se prepara para el invierno.

Más allá de todos los procesos fisiológicos que puedan darse para que eso sea posible, hay un hecho, la inmediatez, no pasa por partes, es simple desde afuera: las hojas caen.

A ratos pareciera que intentamos imitar esa situación, que quisieramos poder ver caer inmediatamente todo para que llegue el invierno, quizás por miedo, por prisa, por lo que sea.

Pero no siempre todo sale como está presupuestado en los planes, así como hay alteraciones climáticas que desorientan aves, plantas, y otras especies, hay miles de alteraciones que modifican temporalmente los sueños, ¿qué hacer? seguirse preparando. Sigue leyendo «Otoño»

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Ir subiendo y sentir que se aceleran los latidos, ver la ciudad desde sus orillas, sentir que, a pesar de ser un individuo del mundo, hay un lugar en ese mundo en el que sientes que formas parte, un lugar de sueños, tristezas, alegrías… Vida.

Sentir el aire fresco, abrazar los amigos, verles sonreir, mientras los ojos permiten la entrada de todas esas imágenes al paraíso de la memoria, olvidar por instantes esas historias de duendes y lágrimas.

Es, en cierto modo, ser de nuevo un niño, lo cual creo que es el estado más feliz en que puede estar un ser humano, escuchar en medio de la noche esa sinfonía de la naturaleza, saber que al abrir los ojos con los rayos del sol podrás disfrutar de esa maravillosa biodiversidad, así como sentir la calidez de tantas personas.

Aunque los pies sigan caminando, ese tejido complejo que permite la conciencia, de alguna manera, nos recuerda que también tenemos raíces.

Ligeia

«In beauty of face no maiden ever equalled her. It was the radiance of an opium-dream — an airy and spirit-lifting vision more wildly divine than the phantasies which hovered about the slumbering souls of the daughters of Delos».

Edgar Allan Poe- Ligeia.

Tal vez solo en el esplendor de un sueño de opio existiese Ligeia…

O tal vez un mar de opio nos inunde de repente, haciendo real y tangible lo que se creía en el mundo de los sueños, tal vez la fantasía se haga realidad de vez en cuando, o tal vez, en efecto, seamos incapaces de diferenciar la realidad de la fantasía.

Entonces la suavidad pasa a la percepción, el olfato estimula los sentidos, y los millones de mecano, foto y quimiorreceptores cobran sentido, son sentido… La biología cobra sentido cuando la perfección de la vida está ante nuestro ojos, entonces el esplendor inunda la vista, olfato, gusto, oído y tacto, y como para recordar que estamos vivos, el corazón se acelera.

Luego se cierran los ojos que han estado abiertos, despiertos, y se dibuja en el rostro una sonrisa.

Aumentando el caos

“Escribir es ordenar el mundo, lo absolutamente contrario al caos”

Alma Guillermoprieto – Medellín, 9 de septiembre, Fiesta del libro y la cultura 2011

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A Alma Guillermoprieto, aunque probablemente nunca lea esto

(Ni sé si valga la pena hacerlo)

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Estimada Alma, simplemente no lo creo. Hoy no creo que escribir es ordenar al mundo, ese universo caótico de sinapsis y de ideas que llegan aleatoriamente no ha de ser lo que concebimos como orden, intentamos buscar coherencia y racionalidad en mentes caóticas, si ese que procesa nuestras ideas estuviese en orden el médico tal vez declararía muerte cerebral..

Yo, que no creo en esencias humanas tampoco creo que el «fruto sagrado», las ideas, sean ordenar el mundo, tal vez ese producto de actividad sináptica sea nuestro por un tiempo, pero a medida que existimos nos alejamos del fruto, a veces porque madure, germine y dé nuevos frutos, a veces porque se muera y se deba intentar de otro modo.

O tal vez Morin tenga razón y todo se relacione de manera compleja, por decir algo.

Luego de releer muchos de mis propios escritos me niego a creer que sean orden, aunque, tal vez.

También debo decir que escribir sin depurar es aumentar el peso sobre los hombros: suena increíble, las palabras pesan.

Somos vida en construcción y muerte en progreso, a medida que vivimos y construimos, llega despacio la muerte, la tierra pide lo que le pertenece.

Esta bitácora amiga conoce el sabor de mi sangre, de mi sudor, de mis lágrimas. Me ha visto romperme en mil pedazos una y otra vez, y reconstruirme, a veces cambiando las piezas del rompecabezas. Sabe que aleatoriamente nos hacemos día a día, y las letras hablan tomando esa sangre, ese sudor, y esas lágrimas, también sonrisas, recuerdos… Es un lento despojarse, si dependiese del orden, no existiría.

Es la única manera de alivianar el peso.

…Y es que hasta los muros se despojan, se reconstruyen con nuestras voces, recordándonos que la vida es un sarcasmo:

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Hace 879 días en Caldas (Ant)
La vida es un sarcasmo, la misma esquina actualmente

Tal vez escribir sea volar, a veces, a partir de una «simple» frase (gracias por el viaje).

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Caminando

Me gusta caminar, lo admito, especialmente cuando estoy sola, me gusta observar los detalles de las calles, muros, casas y ver como la gente se expresa en ellos, en algunos de esos momentos me ha acompañado un importante obsequio: la cámara, y claro, en algunas zonas -por peligrosas que estas sean- es inevitable sacarla, ajustar los detalles de la toma y luego, sacarla y apretar el botón, ese que convierte el recuerdo que capturan los ojos para la memoria en un recuerdo que se puede compartir con otros por siempre. Sigue leyendo «Caminando»