Ser o no ser madres superwomen, a propósito del día de la mujer

Ilustración: Nathalie Jomard
Ilustración: Nathalie Jomard

La mayoría de las madres se debaten entre el odio, la envidia y la admiración hacia la clásica superwoman: esa mujer que ven en la tv (o a veces por ahí) con su cabello perfectamente arreglado, cuerpo «perfecto» sin esos «kilitos de más», y un hogar e hijos aparentemente felices, exitosas laboralmente, independientes, arriesgadas. El modelo S XXI. Sigue leyendo «Ser o no ser madres superwomen, a propósito del día de la mujer»

Interiorizar la inclusión de género antes de exteriorizarla

El discurso de la inclusión de género se ha vuelto bastante  popular en algunos círculos sociales, es bastante aceptado para muchas personas hablar de lenguaje incluyente y cosas por el estilo para hacer más visible nuestro género (el femenino).

Lo paradójico de esta situación es que muchas de las personas que se llenan la boca hablando de lenguaje incluyente son las mismas que de diversas maneras nos discriminan, especialmente en el plano de la sexualidad. Muchas personas que he visto defendiendo a capa y espada la inclusión de la mujer, la equidad, los salarios justos, el poder desempeñar cargos que tradicionalmente han desempeñado los hombres e nfinitos etcétera, luego las he visto criticando a su compañera que es promiscua, o aquella que es homosexual, bisexual, la que es madre soltera, aquella que invita a salir a un hombre, que toma la iniciativa, y muchos otros etcétera. Sigue leyendo «Interiorizar la inclusión de género antes de exteriorizarla»

Medellín imparable… En natalidad

Tomada por Blueandtanit, Medellín, sep 2011 - CC-BY-NC

La desesperanza…

Proyecto reforma ley 30 que busca empeorarla, proyecto conservador por penalizar todos los casos -incluso los que ya se habían despenalizado- de aborto, proyecto de construcción de hotel 7 estrellas en el parque Tayrona, la progresiva tala en el Darién, concesiones a multinacionales mineras, aprobación del TLC con Estados Unidos… Son solo por mencionar algunos, los titulares de una realidad que parece empeorar día a día en Colombia.

Hace tiempo le decía a un amigo que vive lejos que estábamos en paro, él me preguntaba por qué los colombianos estábamos tan enojados, si teníamos un bello país y con una gran biodiversidad… Aún no logro responder su mensaje, es que responderlo es también enumerar las miles de cosas que lo dejan a uno en un estado pesimista, en una desesperanza.

Aprovechar cada oportunidad para dialogar con la gente, para compartir ideas, es tal vez un pequeño grano de arena, que, si todos lo intentamos, la sumatoria de granos de arena permitirá que cambien algún día las cosas, tal vez encontremos la playa, esa que está bajo los adoquines.

…Y la natalidad

Carabobo con Barranquilla, los habitantes de la calle (eufemismo) completan el paisaje citadino, ese de una ciudad que prefiere trasladarlos de un lugar a otro y regalarles sopas con larvas de insectos a ofrecerles una vida realmente digna. En la calle aún permanecen los carteles pegados por estudiantes en contra de la reforma a la ley 30, pero una ciudad cansada de publicidad política, promesas y más promesas, la cara de el expresidente en todas partes casi como un virus, ignora estas protestas… Es mejor pensar en la niña, Nhora, secuestrada y liberada de la manera más extraña.

Residencias, es de mañana, las chicas que más las frecuentan con sus clientes duermen, las tetas mordisqueadas, el cansancio en los ojos y en el cuerpo, huellas de una vida que sarcásticamente, algunos llaman fácil, muchas lo hacen para mantener a sus hijos. Centro comercial «los puentes», un niño que bien podría estar estudiando me ofrece casi suplicante que compre sus productos, agacho la mirada, lo siento nene, no puedo, si lo hago sigue el círculo vicioso, pienso.

Ahora imagino, tal vez sus padres son de esos muchos que habitan nuestro país y que tienen y tienen hijos que no pueden mantener, víctimas de un estado que cada vez le importa menos educarlos, aprenden, tal vez por selección natural, a sobrevivir en una selva de cemento, crecen, se reproducen y mueren en ella. Avenida oriental, en una esquina una indígena le dá de su pecho a uno de los 4 niños que la acompañan, ellos, con claros signos de desnutrición, miran con cara de tristeza, casi implorando al transeúnte que les brinde una moneda.

Profamilia, en información esta la fila, integrada por una jóven, tal vez de 16 años en un estado avanzado de embarazo, luego una anciana que pide que le hagan de nuevo una citología por un posible tumor, detrás dos mujeres, ambas jóvenes y madres, una de ellas también en embarazo… ¿Dónde están los hombres?

En el vidrio de información un cartel con el precio del anticonceptivo de emergencia, me envían a una sala de espera dónde tampoco hay hombres esperando, al fin llega ella, hablamos sobre la ligadura de trompas de falopio, me cuenta que para alguien sin EPS (ni beneficiario SISBEN, ni nada, totalmente desprotegido), el costo de la cirugía es de más de $300000 (COP, no recuerdo la cifra exacta), me cuenta que hay un programa especial, que a estas mujeres les cobran, como mínimo $68000, en la lista hay mujeres con 5, 7, 8 y hasta 9 hijos.

Tengo que verlo dos veces para poder creerlo, en mi ciudad llena de personas en la pobreza, en las calles, en el olvido de la indiferencia, existen mujeres que deciden no reproducirse más y en lugar de recibir una cirugía gratis, deben pagar $68000! No crean que las mujeres de las que les hablo son como Angelina Jolie, que pueden adoptar y mantener muchos niños, NO, estas son mujeres víctimas de un país que ve la educación como negocio y no como derecho y necesidad, de un país en el que aún se cree que cada hijo «trae su pan debajo del brazo», de un país en el que los hombres legislan los derechos de las mujeres.

Una ciudad en la que «dos pobres se juntan y resultan 8 pobres» (como dice Vallejo en su película) es una ciudad imparable, como dice el lema de la alcaldía: imparable en natalidad y pobreza, ¿Hasta cuándo?

Post scriptum:

En esta entrada no se pretenden desconocer los esfuerzos que han hecho diversas personas en la ciudad y en el país para que esta realidad cambie, de hecho, esos son los granos de arena que se necesitan, lo que se pretende es compartir una historia tal y como fue vivida el día de ayer.

En voz baja o detrás de las puertas

Muchas veces he escuchado de violaciones en la Universidad de Antioquia, es un tema que, lamentablemente, anda un poco de moda por estos días, ya que al parecer un vigilante de la empresa privada de seguridad Atempi intentó violar a dos estudiantes -por separado- en dos baños de la universidad.

Tal vez antes de que se pusiera de moda el tema de la TIP, ó de la posible privatización de las universidades públicas gracias a la ley 30, el rumor de violaciones corría en los pasillos en voz baja, y con asombro veía como, públicamente, la universidad no decía NADA.

Y es que en la UdeA hasta los mismos estudiantes parecían ignorar el tema, de vez en cuando se denunciaba en la asamblea y ya, no pasaba de ahí… Ó tal vez, como sucedía en no pocas ocasiones, los problemas se los achacaban a los visitantes de la universidad ¿Será que solo los visitantes de la universidad estaban en capacidad de violar a una mujer, ó a varias?

Los baños de mujeres resultan ante este tema la posibilidad de «contar el cuento» de manera anónima, porque es así, anónimamente, como muchas mujeres viven este ultraje, este maltrato, este atentado contra su dignidad, la violación:

Escritos sobre violaciones - Baño del bloque 5 UdeA
Escritos sobre violaciones - Baño del bloque 5 UdeA

Con terror, con dolor, con rabia, con impotencia he visto como los mensajes e este baño han aumentado con el tiempo, ante denuncias de nuevos lugares donde estan violando mujeres, estudiantes… Como mujer me indigna, me enoja, pensar que luego de tantos logros a la mujer se le siga forzando a tener sexo en contra de su voluntad, de su libre elección, que se vulnere y maltrate su cuerpo y con ello sus derechos como persona.

Muchos violadores siguen por ahí rondando, impunes, y tal vez ese caso reciente sobre la empresa Atempi si pague las consecuencias, porque portaba un uniforme que le permitió distinguirlo de los demás (y su uniforme a su vez hace más grave el asunto, se supone que debería brindarnos seguridad), pero y aquellos que no portan uniforme, ¿qué ocurre con esos?

Los letreros siguen, con ó sin TIP, las mujeres de la Universidad de Antioquia siguen siendo violadas, poco se dice al respecto, poco se hace al respecto… No quiero ni imaginar el inmenso daño psicológico que causa una violación en una mujer, y ellas deben seguir sus vidas cargando con ese dolor, ese daño.

Desde aquí me gustaría hacer un llamado a que se rompa el anonimato, a que esos letreros salgan del baño, del rumor de pasillo, a la luz pública, a que se denuncie, si es preciso, se describa el rostro de el ó los que han violado mujeres en la universidad, me niego a pensar que algo tan grave se olvide mientras sigue sucediendo…

Para eso, es necesario que la universidad y el estado ofrezcan tanto seguridad como asesoría psicológica a estas mujeres (la última ya se ofrece, pero la primera queda lamentablemente en duda) y a las demás, que se nos garantice la tranquilidad y seguridad al recorrer los pasillos de nuestra Alma mater, de poder entrar a un baño sin el temor de que, en cualquier momento, alguien nos puede violar.

Nota: muchas mujeres de la UdeA denuncian también las miradas «morbosas» de muchos agentes del escuadrón anti-motines de la policía (ESMAD) que permanecen todo el tiempo en varias porterías de la universidad, y se sienten especialmente observadas cuando cruzan el «puente de Barranquilla» en falda, pues las miran desde abajo.

Mujeres en la red ¿Un espejo de nuestra realidad?

Son muchas las veces que a «blueandtanit» la han tratado como hombre, debo confesar que he llegado a considerar este tema de poca importancia en esta red, dónde cualquier mujer se puede hacer pasar por hombre y viceversa –si no lo creen, pregúntenle a Mr. X-.

Y es que en esta red usted puede enfurecerse y decir: «Oiga, amigo, yo soy mujer, no hombre», pero lo que realmente importa no es si eres xx, x0, xxx… ó xy, xyy… –bueno, tal vez eso importe si estas buscando pareja, uno de los muchos usos que la gente le dá a la red– pues lo realmente importante es lo que piensas y opinas.

Tal vez el haber crecido en una familia con muchas mujeres, una escuela y un colegio femenino me haya ayudado a entender que una mujer no se resume en un par de senos y una vagina, que uno no «se hace» mujer a los 15 años, porque desde que uno nace lleva esta singular vida, y cuando hablo de singular vida no solo me refiero a nuestra particular carga hormonal, esa que traemos «adjunta por naturaleza», también me refiero a esa enorme cosa llamada sociedad -colombiana, en nuestro caso-,  esa que desde que naces ya te tiene unos parámetros normales predeterminados:

«Sinotecasasantesdelostreintacorreselriesgodeserunasolteronaamargada

tenhijosdebesser906090debesestaralamodablablabla…»

De hecho, en muchos lugares al ofrecer empleo ponen como requisito «buena presentación» que, tristemente, muchos traducen como «no ser gorda» «pintarse las uñas»…

Pero… ¿Por qué digo todo esto si ya dije que en la red eso no importaba? Sigue leyendo «Mujeres en la red ¿Un espejo de nuestra realidad?»

Mujeres…

Así empieza esa canción de Ricardo Arjona que suena por todos los lugares el día 8 de marzo, como si el día de la mujer fuera poner una canción del mismo tipo que canta “historia de un taxi”*, ó comprar galletas en el bus, rosas en la calle, ó el CD con canciones románticas, donde no falta esa de “Mujeres divinas”, pero al día siguiente la mujer vuelve a ser una esclava, sexual, doméstica, laboral… Entonces, ¿tiene sentido todo esto?

Para mí las fechas especiales son la mejor excusa para recordarle a quienes queremos eso, que los queremos, el problema es que, como mujeres, a veces no nos queremos ni a nosotras mismas, ni a las demás mujeres…

No tiene sentido exigir nuestros derechos como mujeres, que nos quieran y nos respeten, cuando nosotras mismas no nos queremos, cuando nosotras mismas nos dejamos llevar por el machismo, cuando vemos a una mujer gorda en televisión y empezamos a criticarla, cuando vemos que un hombre golpea a una mujer y decimos que es porque quien sabe que hizo… Cuando como mujeres nos dejamos golpear…

Sigue leyendo «Mujeres…»