Cuidado, drogas, tierras y otros.

Ya he dicho en otras oportunidades en este blog que no me interesa ser una «supermujer», lo mucho que rechazo ese estereotipo que tanto nos han metido de que como somos mujeres somos capaces de hacer un millón de cosas a la vez, que podemos trabajar, encargarnos de todas las labores del hogar, de la maternidad, el cuidado de los otros en general, ser además exitosas en la política y en otras esferas sociales. Pienso que en parte ese estereotipo es el que ayuda a que tantas mujeres hoy día sin quejarse* trabajen de manera no remunerada como mínimo tres horas más que los hombres.

Que sí, que hay más hombres involucrados en las labores de cuidado es cierto (y cada vez más hombres solidarios con la causa feminista), pero también es cierto que aún falta mucho, y que estamos en un círculo vicioso del que no es fácil salir sin medidas que mitiguen las actuales desigualdades, porque es muy fácil salir del paso diciendo que hay que educar en la equidad de género, lo cual, por supuesto, hay que hacerlo, pero de momento no cambia el ciclo. Sigue leyendo «Cuidado, drogas, tierras y otros.»

Dignidad y amor

Existe una delgada línea entre el orgullo y la dignidad, entre ser orgulloso, entiéndase esto como ceder a una trampa del ego, ser intransigente… Y el no traspasar límites que afectan su integridad y respeto como persona, no solo física sino y sobre todo moralmente.

Para Concepción Arenal, la dignidad es «el respeto que una persona tiene de sí misma, y quien la tiene no puede hacer nada que lo vuelva despreciable a sus ojos», y creo que la palabra principal detrás de todo es esa: respeto. Sigue leyendo «Dignidad y amor»

El valor de lo sencillo

“Cuenta la historia que Diógenes, el filósofo griego, se encontró con Alejandro Magno cuando este se dirigía a la India. Era una mañana de invierno, soplaba el viento y Diógenes descansaba sobre la orilla del río, sobre la arena, tomando el sol desnudo… Era un hombre hermoso. Alejandro no podría creer la belleza y gracia del hombre que veía. Estaba maravillado y dijo:

-Señor -jamás había llamado señor a nadie en su vida- …Señor, me ha impresionado inmensamente. Me gustaría hacer algo por usted, ¿hay algo que pueda hacer?
Diógenes dijo: -Muévete un poco hacia un lado porque me estás tapando el sol, esto es todo. No necesito nada más.
Alejandro contestó: -Si tengo una nueva oportunidad de regresar a la tierra, le pediré a Dios que no me convierta en Alejandro de nuevo, sino que me convierta en Diógenes.
Diógenes rió y dijo: -¿Quién te impide serlo ahora? ¿a dónde vas? Durante meses he visto pasar ejércitos ¿a dónde van, para qué?
Dijo Alejandro: -Voy a la India a conquistar el mundo entero:
-¿Y después qué vas a hacer?. Preguntó Diógenes.
Alejandro dijo: -después voy a descansar.
Diógenes se rió de nuevo y dijo: -Estás loco. Yo estoy descansando ahora. No he conquistado el mundo y no veo qué necesidad hay de hacerlo. Si al final quieres descansar y relajarte ¿Por qué no lo haces ahora? Y te digo: Si no descansas ahora, nunca lo harás. Morirás. Todo el mundo se muere en medio del camino, en medio del viaje.
Alejandro se lo agradeció y le dijo que lo recordaría, pero ahora no podía detenerse. Alejandro cumplió su destino de conquistador, pero no le dio tiempo a descansar antes de morir”.
Tomado de: Nueva Acrópolis España.

Una de las creencias más comunes de las personas que no tienen hijos y gustan de ofender a quienes sí los tenemos es que somos unos irresponsables que están acabando con el mundo, muchos otros consideran tener hijos como un lujo que no pueden darse, o que, de dárselo, representa necesariamente cierto estatus social. De algún modo nos acostumbramos a un modo de vida consumista que piensa que por defecto hay que realizar una cantidad de gastos que son realmente prescindibles: dar compotas en vez de frutas, y así con montones de cosas desechables que van a engrosar las pilas de rellenos sanitarios.

Yo también caí, también compré cosas que a la par me dí cuenta de que eran innecesarias, pero afortunadamente no tardé mucho en darme cuenta de que otras opciones eran posibles, también gracias a la crianza que yo misma había recibido sabía que podía necesitar menos cosas de las que en el imaginario colectivo occidental se cree que se necesitan.

Pero esto no solo pasa en la crianza, y ahí está el error de quienes nos acusan: ¿cuántos cambian de celular más de una vez al año de cuenta de la obsolescencia programada? ¿y de pc, tablet, carro…? ¿pensarán acaso que sus múltiples accesorios dependen de la minería y del petróleo? Y es que así como una crianza puede resultar poco contaminante, una vida adulta puede contaminar más que familias enteras, y eso sin tocar temas como la tenencia de mascotas, hoy día hay mascotas para las que sus dueños consumen más de lo que consumen humanos y hasta familias en otros lados del mundo.

Hace dos años ví unas cifras espantosas: en un mundo de 7.000 millones de habitantes, que produce alimentos para 12.000 millones, 900 millones de seres humanos mueren de hambre. Deforestamos bosques, contaminamos ríos, acabamos con la vida silvestre con la excusa de que nuestra población lo necesita, pero realmente todo ese “progreso” no va a parar sino a una pequeña minoría, adivine cuál. Sigue leyendo «El valor de lo sencillo»

Ser o no ser madres superwomen, a propósito del día de la mujer

Ilustración: Nathalie Jomard
Ilustración: Nathalie Jomard

La mayoría de las madres se debaten entre el odio, la envidia y la admiración hacia la clásica superwoman: esa mujer que ven en la tv (o a veces por ahí) con su cabello perfectamente arreglado, cuerpo «perfecto» sin esos «kilitos de más», y un hogar e hijos aparentemente felices, exitosas laboralmente, independientes, arriesgadas. El modelo S XXI. Sigue leyendo «Ser o no ser madres superwomen, a propósito del día de la mujer»

Medellín, innovadora en desigualdad.

Uno de los muchos árboles talados para hacer bancos de madera. La contribución de la alcaldía al calentamiento global.
Uno de los muchos árboles talados para hacer bancos de madera. La contribución de la alcaldía al calentamiento global.

Mientras escribo esta entrada, quizás muchos jóvenes de la vereda La Loma, del corregimiento de San Cristóbal, mirarán desilusionados en sus casas hacia el vacío que deja la falta de oportunidades. Y es que uno de los problemas cuando de hacer obras sociales en sectores poblacionales más vulnerables (como lo son especialmente los jóvenes ante la amenaza contínua de la violencia y el tener que formar parte de un bando u otro) se trata, es que muchos proyectos son tan efímeros como lo desee la administración de turno, como lo desee el presupuesto que un día beneficiaba a la comunidad y al otro día a un Gerente de la Bicicleta burócrata cualquiera. Sigue leyendo «Medellín, innovadora en desigualdad.»