Caminar, sonreir, seguir.
Al fin y al cabo todo se resume en caminar.
Y pensar que caminando se derramaron lágrimas tan amargas, y pensar que el frío helaba la sangre, y pensar que la soledad atormentaba como a animal forzado a estar solo luego de habese domesticado para la compañía.
Y dejar de pensar.
Y mandar al carajo la angustia, y mandar lejos los miedos, y dejar el letargo en la cama. Sí: Levantarse.
Cuando se mantiene de tropiezo en tropiezo es difícil saber si uno llega a levantarse por completo.
Y saber si se está sano es aún más difícil que saber si se está de pie, dicen que también depende del punto de referencia, y de circunstancias complejas. Quien sabe.
La única certeza respecto a uno mismo es sentir.