Biología, feminismo y maternidad

Pensemos en un ave: las aves copulan (muy rápidamente, incluso podríamos pensar que no es una actividad placentera para ellas, ¿o quizás sí?), luego es en algunos casos la hembra quien cuida las crías, en otros casos el macho, en otros casos los dos, en otros casos ambos pretenden que otros individuos las cuiden, en otros casos se dan crías cooperativas o crías comunales.

Cada caso dependerá de diversos factores, también se da un conflicto de intereses entre la energía que invierten la hembra y el macho en la reproducción o crianza, y una hipótesis bastante aceptada sobre este comportamiento se encuentre en la teoría de juegos (por acá le explican brevemente el asunto).

Con muchos otros seres vivos hay casos interesantísimos de cuidado parental, casos además bastante diversos. Pero hoy quiero hablar de humanos.

Es curioso, cuando uno llega a biología, o puedo decir que nos pasa a muchos, uno llega con el interés de aprender sobre gran parte de la biodiversidad, sobre ese universo que muchos hemos podido conocer casi de reojo: te fascinas con las plantas y también con las bacterias, y los hongos, y las algas, y los virus, y los parásitos, y los animales, y así sucesivamente… Pero muchas explicaciones, modelos y demás llegan siempre a compararse con lo humano, que es quizás lo que más conocemos o pretendemos conocer.

El cuidado parental, la selección sexual, y otros temas no son la excepción, es aquí donde uno se pregunta: ¿será entonces lógico que la gran mayoría de los hombres o sean infieles o cambien rápido de pareja para así copular y reproducirse -aunque reproducirse no esté tan de moda- y dejar sus genes en diferentes crías? ¿será entonces esperable por consecuencia que las mujeres -que de principio han invertido bastante con tan solo contar la formación de gametos y el embarazo- minimicen los cuidados a la cría, adjudicándolos al padre, para poder salir y reproducirse con otros machos y engendrar de nuevo? ¿qué otras estrategias se pueden dar en nuestra especie? Sigue leyendo «Biología, feminismo y maternidad»

Una breve historia para el posconflicto en Medellín y receta para Julio sin Plástico.

Una breve historia para el posconflicto en Medellín.

Recuerdo que cuando se estaba organizando el año pasado un evento en el que trabajé una de las cosas que se conversaron fue si el hecho de hacer un foro sobre el posconflicto era pertinente o no. Sé que se organizó un espacio genial pero quizás por poca convocatoria la asistencia fue poca. Al final se decidió hablar mejor de paz, porque la palabra posconflicto es aún un poco polémica. Algunas personas consideran que el posconflicto aún no está ocurriendo. Por su parte ONG como Vivamos Humanos sí ha encontrado situaciones de posconflicto en el país, que cada vez se dan en mas territorios. Sigue leyendo «Una breve historia para el posconflicto en Medellín y receta para Julio sin Plástico.»

Una revolución necesaria

Es triste cuando uno se siente impotente, cuando lees las noticias y vez todo eso que está mal, y se siente uno indignado, pero en este planeta pareciera que los únicos que se indignan son aquellos que protestan de manera violenta (y las pocas protestas pacíficas que ocurren las saben opacar los medios de comunicación).

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Vivimos en la cultura del odio, del egoísmo, todo el mundo habla de amor y felicidad pero solo se habla de amor y felicidad a si mismos, vivimos de pajaritos pintados, porque los reales -al igual que millones de otras especies- los matamos a diario, presenciamos impotentes la masacre cotidiana y hasta la financiamos y disfrutamos.

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Vemos como se aprueban a diario leyes injustas, que atentan contra nuestro entorno y contra nosotros mismos, pero lo único que aprendimos a hacer fue odiar, nos lo demuestra así nuestra propia decadencia: niños que se matan entre ellos, ¿no se suponía que esa era la edad de la inocencia?

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Esto, todo esto, debe cambiar, debemos sembrar en el otro y en nosotros mismos la semilla del amor, una sociedad sin educación no se educa incinerando libros y calles, sino compartiendo conocimiento. Debemos dejar atrás la excusa -floja, barata- de «no tengo tiempo», porque cada día de nuestra vida tenemos segundos valiosos para hacerlo, sin esperar algo a cambio. Una cultura de copyright de persecución a los «piratas» se combate con conocimiento libre, que pueda compartirse, y así mismo ocurre con todo, esa cultura del terrible monopolio por las semillas y alimentos se combate con nuestra propia soberanía alimentaria (valga la redundancia), compartiendo semillas, sembrando vida; la cultura de la ilegalidad se combate siendo honestos, sinceros, y la cultura de irrespeto por al vida no se combate matando, sino viviendo y respetando la vida de los demás organismos.

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Yo no creo que para construir algo nuevo en esta existencia tengamos que destruir todo lo que falla hoy día con violencia, por el contrario, la violencia es el principal alimento de nuestros sistemas represores, es su mayor excusa para «protegernos» de nosotros mismos, pero sí hay algo que debemos destruir cuando antes: El odio.

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Tal vez suene a cultura hippie reciclada (o incluso algo previo a esta), tal vez lo sea, pero formamos parte de un todo en el universo, todo el daño que hacemos es de manera directa e indirecta un daño a nosotros mismos, debemos aprender a compartir, a sonreír, y a amarnos entre todos con el corazón desnudo, si todos lo hacemos, nadie saldrá lastimado.

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Únase a esta revolución de amor, no necesitamos símbolos, ni lemas, simplemente cambiar.

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Creo que esta canción es el complemento perfecto de este escrito:

Señor invidente, por favor, mire el letrero…

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Como muchos saben, el Alma mater se encuentra en unas leentas reparaciones desde hace bastantes meses, durante un tiempo, ese aparatico que ustedes ven, estuvo rodeado de huecos y pasadizos difícilmente asequibles a personas con discapacidades visuales y motoras, el problema de esto es que la función de ese aparatico con instrucciones en Braille permite a personas invidentes ubicarse en la universidad, también mediante indicaciones sonoras (al oprimir el botón rojo).

Lo gracioso del asunto es que, cuando al fin estuvo listo el camino de esta zona y el aparatico fue asequible de nuevo, apareció un cartel bastante particular, algunos dicen que no iba dirigido a los invidentes, sino a toda la universidad incomodada por la obra, pero, sinceramente, la coincidencia es mucha y la ubicación del anuncio pareciera mostrar un alto desconocimiento de lo que implica ser invidente*, juzguen y ríanse ustedes**: Sigue leyendo «Señor invidente, por favor, mire el letrero…»

Reinventando el Mundo

«Pensar en generar cambios en la cultura pasa por pensar que tipo de identidades, valores y prácticas queremos generar. Eso tiene que ver mucho con el modelo de «persona social» que se quiere propiciar. No es que todos tengamos que pensar igual pero si debemos tener un mínimo de consensos a partir de los cuales construir nuestro modelo cultural. Claro, esto termina siendo una posición política, si se quiere sociológica, por que pasa por pensar cual es el tipo de sociedad que queremos. Para mi el ideal de sociedad tiene que ver mucho con esas viejas ideas de las utopías, del significado de la libertad y la democracia, de como debería ser una sociedad participativa, de la igualdad de derechos y oportunidades y un largo etc que en comunidad no discutimos o no nos atrevemos a hacerlo de forma pública».

Esto es lo que dice Befana en su blog en un escrito llamado «las preguntas de Tania«, lo cual me lleva de nuevo a mi escrito anterior, a esa necesidad incesante de reinventar el mundo, de no conformarnos con lo que hay, no quejarnos y burlarnos todo el tiempo de lo que ocurre, más bien tratar de aportar un poco en el transcurso de nuestra existencia, el 10 de agosto serán publicadas en google earth las imágenes que desde hace menos de un mes venimos aportando en la cuenta de ConVerGentes (puede adelantarse y ver las fotos aquí), pienso que por cosas tan sencillas como esa se puede empezar, me pueden preguntar porque gasto tiempo que podría invertir en dormir haciendo este tipo de proyectos, y la respuesta siempre apunta a los mismos ideales, ¿para qué pretender que mi barrio salga en un mapa que puede ver todo el mundo?, ¿que sentido tiene contrastar la hermosa vista de Medellín con casas de madera y con cuadras sin pavimento en las que los chicos juegan a falta de un parque?…

Recuerdo aquel profe de teoría del conocimiento, cuando hablaba de Heidegger, y cuando hablaba, en especial de una palabra: DEVELAR -aunque en ese caso, era en relación a la techné-, y es que es cierto, todos tenemos una venda, un velo, en parte introducido por las represiones sociales, por ignorancia, por nuestros miedos, por ese montón de cosas que hemos ido aceptando como verdades, y en parte ese es nuestro gran problema, creer en el fijismo de las cosas, responder que las cosas son «porque sí», conformarnos con lo que ofrece el mundo sin hacer el más mínimo esfuerzo por cambiar esas cosas en las cuales disentimos, hemos aprendido a ver el mundo como una verdad irrefutable, una masa pesada y monocromática con la que debemos conformarnos -últimamente que estamos tan «zaratustrianos», deberíamos intentar inventar un país cómo «la vaca multicolor»-

Soy consciente de que introducir nuevas ideas puede generar la muerte en muchos casos, que vivimos en un país en el cuál se matan a diario los sindicalistas, y que el pueblo calla por miedo y sigue rumbo a su abismo, pretender una sociedad participativa y con igualdad de derechos puede ser una utopía, pero se que vivo en un país lleno de sueños, de gente que aún cree en la libertad, gente que se esta cansando de las mismas injusticias de siempre, la misma corrupción, y la solución no es burlarnos, quitarle el sentido a sus intentos de protesta, de reaccionar, la solución es unirnos y buscar un camino juntos…

¡Pasar de la utopía a la realidad!