Una vez en la vida.

 

¿Qué pasaría si atraviesas por un momento en el que te haces consciente de que vives una experiencia inolvidable que solo vas a vivir una vez en la vida?

¿Qué pasaría si aún siendo consciente de ello, también te embarga la nostalgia de los nunca más, de renunciar a otras posibilidades?

¿Qué pasaría si sientes alivio racional ante la decisión tomada, y a la vez tristeza irracional por ese «ya no será más»? Sigue leyendo «Una vez en la vida.»

Septiembre

Este barco no anda… Fueron esas las palabras que llegaron a la memoria una vez supe del fallecimiento del escritor, fue ese el sabor del concho -como diría el amado- que se que quedó en la garganta como recuerdo de los últimos días con el primer amor. Sigue leyendo «Septiembre»

Cuidado, drogas, tierras y otros.

Ya he dicho en otras oportunidades en este blog que no me interesa ser una «supermujer», lo mucho que rechazo ese estereotipo que tanto nos han metido de que como somos mujeres somos capaces de hacer un millón de cosas a la vez, que podemos trabajar, encargarnos de todas las labores del hogar, de la maternidad, el cuidado de los otros en general, ser además exitosas en la política y en otras esferas sociales. Pienso que en parte ese estereotipo es el que ayuda a que tantas mujeres hoy día sin quejarse* trabajen de manera no remunerada como mínimo tres horas más que los hombres.

Que sí, que hay más hombres involucrados en las labores de cuidado es cierto (y cada vez más hombres solidarios con la causa feminista), pero también es cierto que aún falta mucho, y que estamos en un círculo vicioso del que no es fácil salir sin medidas que mitiguen las actuales desigualdades, porque es muy fácil salir del paso diciendo que hay que educar en la equidad de género, lo cual, por supuesto, hay que hacerlo, pero de momento no cambia el ciclo. Sigue leyendo «Cuidado, drogas, tierras y otros.»

Aprendiendo a amar

«Emma, por su parte, nunca se preguntó si le amaba. El amor -tal creía ella- debía presentarse de improviso, con grandes estruendos y fulguraciones, como tempestad celeste que desencadena sobre la vida y la transtorna, y arrastra como a secas hojas las voluntades, y hunde en el abismo y por completo a los corazones. No sabía que la lluvia forma charco en las azoteas de las casas cuando las canales están obstruidas. Y hubiera permanecido segura de su virtud si no hubiera descubierto súbitamente una grieta en la pared».

Gustave Flaubert – Madame Bovary.

A veces pasa que solo hasta que tocás fondo te das cuenta de que has estado en relaciones tóxicas, ha estado tan de moda esa palabra que realmente no alcanzamos a sentarnos a pensar qué significa: «madres tóxicas», «relaciones tóxicas», «personas tóxicas»… ¿Qué es eso?

Por mi parte, he llegado a la conclusión de que algo es tóxico para mí en tanto me lastima a través de ciertos mecanismos que no suelen variar mucho, aunque sí varían de persona a persona. Sigue leyendo «Aprendiendo a amar»

El derecho a sentir

“Para que se conserve la alegría en la vida son necesarias las llagas”.
Fernando González – Pensamientos de un viejo.

Debo confesarlo, cada que escucho de coaching lo siento como una patada en los ovarios. No es -para mí- más que un reencacuche de la ya trillada -aunque siempre muy consumida- autoayuda, que termina generalmente con frases, también trilladas, del tipo: sal de tu zona de confort, algún vídeo sensiblero, un discurso para hacerte sentir que es poco lo que estás haciendo con tu vida, que si estás triste es porque no estás viendo ese sol brillante y bonito allá afuera y todas las bendiciones que recibes a diario (y hay gente a la que le sirve, y es válido, pero imponérselo a cualquiera, es un irrespeto y es violencia).

Todo este discurso termina, sobre todo en ambientes empresariales, en un mandato sutil hacia la uniformidad, que no es otra cosa que una manera sencilla de ejercer poder y control. Precisamente es en esos ambientes donde más se invierte en este tipo de actividades.

Este vídeo que compartía en un post anterior resume de manera perfecta por qué esto es nocivo desde el manejo de la tristeza:

Pero allí no se detiene todo, pues si la tristeza se ha asociado al fracaso, y se ha marginado socialmente sobre todo en círculos jóvenes y de emprendimiento, hablar de la ira o el odio es hablar de algo tabú, casi pecaminoso. Sigue leyendo «El derecho a sentir»

Biología, feminismo y maternidad

Pensemos en un ave: las aves copulan (muy rápidamente, incluso podríamos pensar que no es una actividad placentera para ellas, ¿o quizás sí?), luego es en algunos casos la hembra quien cuida las crías, en otros casos el macho, en otros casos los dos, en otros casos ambos pretenden que otros individuos las cuiden, en otros casos se dan crías cooperativas o crías comunales.

Cada caso dependerá de diversos factores, también se da un conflicto de intereses entre la energía que invierten la hembra y el macho en la reproducción o crianza, y una hipótesis bastante aceptada sobre este comportamiento se encuentre en la teoría de juegos (por acá le explican brevemente el asunto).

Con muchos otros seres vivos hay casos interesantísimos de cuidado parental, casos además bastante diversos. Pero hoy quiero hablar de humanos.

Es curioso, cuando uno llega a biología, o puedo decir que nos pasa a muchos, uno llega con el interés de aprender sobre gran parte de la biodiversidad, sobre ese universo que muchos hemos podido conocer casi de reojo: te fascinas con las plantas y también con las bacterias, y los hongos, y las algas, y los virus, y los parásitos, y los animales, y así sucesivamente… Pero muchas explicaciones, modelos y demás llegan siempre a compararse con lo humano, que es quizás lo que más conocemos o pretendemos conocer.

El cuidado parental, la selección sexual, y otros temas no son la excepción, es aquí donde uno se pregunta: ¿será entonces lógico que la gran mayoría de los hombres o sean infieles o cambien rápido de pareja para así copular y reproducirse -aunque reproducirse no esté tan de moda- y dejar sus genes en diferentes crías? ¿será entonces esperable por consecuencia que las mujeres -que de principio han invertido bastante con tan solo contar la formación de gametos y el embarazo- minimicen los cuidados a la cría, adjudicándolos al padre, para poder salir y reproducirse con otros machos y engendrar de nuevo? ¿qué otras estrategias se pueden dar en nuestra especie? Sigue leyendo «Biología, feminismo y maternidad»

CANCIÓN

El placer de leer a Mil Araques.
Bien pueda, lea usted:

Somos Mil

En la parte alta de mi casa

una niña libera sus cabellos al viento.

El viento, un pentagrama

y a la vez un tendedero,

donde cuelga sus anhelos sin nombre.

En la parte alta de mi casa,

vieja casa, a la vez trono y grillete,

Una niña quiere cantarle al aire

una canción nueva.

Pero ¿cómo cantarás, Alma mía?

¿Cómo cantarás esa canción

que es todas las canciones?

¿Cómo podrás danzar

esa canción sin ritmo,

sin silencios, sin final?

Entonces, hermosa niña,

¿cómo escribirás esa canción

que solo puede ser oída

con oídos de viento?

Hermosa niña,

cuando el dueño de la casa duerme

se perfuma el cabello y salta

salta desde la parte alta de mi casa,

casa nueva

para caer simplemtente en el olvido,

oscuro mar,

al que la he condenado con el ruido

que hago mientras camino

por negritudes insondables.

Ruido, es decir, otra canción.

Oscuridad, es…

Ver la entrada original 252 palabras más

No rain

 

Pensé en llamar este post «La Mentira (3)», teniendo ya un 1 y 2, pensé eso hace dos meses, quizás, pero hoy quisiera por fin musicalizarlo.

Gracias a una gran amiga (virtual, pues presencialmente solo he compartido con ella una vez), tuve la oportunidad de ver el monólogo «No solo duelen los golpes»…

Este ha sido iluminador, revelador, y gracias a esa crudeza humorística quizás también tan característica de muchas españolas, me ha permitido reafirmar cosas que venía indagando, pensando, hilando. Sigue leyendo «No rain»