Septiembre

Este barco no anda… Fueron esas las palabras que llegaron a la memoria una vez supe del fallecimiento del escritor, fue ese el sabor del concho -como diría el amado- que se que quedó en la garganta como recuerdo de los últimos días con el primer amor.

Es curioso, porque justo de hace nueve años me llega un recuerdo, el recuerdo de que estaba en terapia intensiva de suspiros y miradas al techo. ¿Nueve años? tanto ha pasado en este tiempo desde que llegó a la vida ese primer amor.

Es también curioso como el tiempo y la mente cambian los recuerdos, algunos los borran, otros los recuerdan con vividez, otros los modifican acorde a lo que queramos recordar.

Muy bonita ella saliendo de Caldas a las 9:30pm, ebria de sentimientos y de cerveza. ¿Tomáz?¡mucho gusto! llueve en Cielo Roto, a refugiarse en la tienda.

Este blog, de más de nueve años, trae también el registro de los primeros -y los últimos- comentarios suyos, trae el registro de las lágrimas que cayeron bajo el péndulo de los columpios y que se secaban, saladas, en el rostro.

Hace tres años, un veinte de septiembre, empezaba una nueva vida como madre: en el vientre estaba Emma ya muy cerca de nacer, y llegábamos al que sería el primer hogar con su padre, justo a una cuadra de donde hoy vivo. Hace nueve años nunca hubiese imaginado una vida con hijos, hoy es ella el primer abrazo en la mañana, el principal motor para seguir el día.

¿Qué queda hoy? ¿qué camino transito?¿es posible volver a querer piantao?

Creo que lo he intentado, no sé si lo logré, no sé si sea posible, no sé si queda el corazón.

Y sí, uno, busca lleno de esperanzas el camino que los sueños prometieron a sus ansias… Sabe que la lucha es cruel y es mucha, pero lucha y se desangra por la fe que lo empecina

Y así como septiembre trae el recuerdo de los inicios, marzo trae el recuerdo de los finales. Pero qué bonito es hacer el ejercicio, cuando ya no hay herida, sino cicatriz, de evocar los comienzos, las ilusiones, el brillo en la mirada, los suspiros, el corazón que late. Qué bonito recordar septiembre como el mes en que por primera vez arrendé una casa, y organizamos un espacio para recibir a la hija, qué bonito recordar septiembre como el mes en que conocí el amor, qué bonito recordar las patadas en la panza, la emoción de la ecografía ya tan cerca de conocerla…

¿Este barco no anda?

 

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