Devuelta

Devuelta

De vuelta.

Hace mucho tiempo no escribo. ¿Quién escribe? ¿quién soy?

Quizás esa ha sido la principal pregunta estos meses.

Un cuerpo distinto, un rostro distinto, un contexto distinto. Todo cambia, todo pasa, todo fluye, y a la vez no.

¿Qué queda de mí, o de ese yo de antes, salvo muchas convicciones? ¿podría ver un ápice de él en el espejo?

Hacerse preguntas antes de escribir a veces termina en decidir no escribir por falta de tiempo, y luego angustiarse porque ni ese yo que escribe, o que intenta hacerlo, queda en la existencia.

Asumirme como madre soltera ha sido un reto, aprender a priorizar las necesidades impostergables, a hacer rendir el día para estudiar, trabajar, cocinar un poco, lavar uniformes y cuidar. Hacerlo rendir también para el amar, para el cuidarse, para no dejar esa cita con el odontólogo en el último lugar de la lista de necesidades, es un reto aún mayor.

También para escribir.

Lo cierto es que de cada herida he aprendido algo, que poco a poco he ido entendiendo eso del amor romántico cómo funciona, la importancia de la autoestima y el autocuidado.

Pero ¿y este sinsabor? ¿qué es?

¿Por qué esa sensación de pregunta no respuesta?

¿Acaso tendrá sentido vivir con todas las respuestas?

Recuerdo aquella clase: el yo es una sumatoria de identidades.

Pero eso tampoco responde la pregunta.

Ps: Ha cambiado mucho el tablero de WordPress.

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